Kimberley/Història: Diferència entre les revisions
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Kimberley está tanquilamente en su casa, no tiene necesidad de trabajar cada dia y hoy ha decidido que nada de lo que le espera en la oficina es urgente. Además, es normal que no se la encuentre en la oficina por las mañanas, el trabajo de oficina es para las tardes, las mañanas son para los tribunales; pero hoy no tiene que acudir a ellos. Además, ayer salió con algunos de sus amigos, volvió tarde a casa y levantarse antes de que pongan las calles no está en el programa. No se trata de quedarse en la cama hasta la hora de comer... levantarse cuando la mayoría de la gente ya está trabajando, desayuno, algo de ejercicio, quizá leer un libro o ver algo en la tele, ese es el plan. Al fin y al cabo, el dinero, el poder y el trabajo duro sirven para poder tomarse estas libertades de vez en cuando. | Kimberley está tanquilamente en su casa, no tiene necesidad de trabajar cada dia y hoy ha decidido que nada de lo que le espera en la oficina es urgente. Además, es normal que no se la encuentre en la oficina por las mañanas, el trabajo de oficina es para las tardes, las mañanas son para los tribunales; pero hoy no tiene que acudir a ellos. Además, ayer salió con algunos de sus amigos, volvió tarde a casa y levantarse antes de que pongan las calles no está en el programa. No se trata de quedarse en la cama hasta la hora de comer... levantarse cuando la mayoría de la gente ya está trabajando, desayuno, algo de ejercicio, quizá leer un libro o ver algo en la tele, ese es el plan. Al fin y al cabo, el dinero, el poder y el trabajo duro sirven para poder tomarse estas libertades de vez en cuando. | ||
− | Está acabando de desayunar y preparándose para salir a correr un poco cuando llaman al timbre. Es extraño, no | + | |
− | “Hola, Kim... perdona que te moleste a estas horas... yo, bueno, pensé que igual estabas en casa... y que si no estabas seguro que no te molestaba que llamara. Oh, bueno, verás, es que... tengo un problema, pero no se exactamente qué tengo que hacer y como eres abogada... no quería venir a molestarte a tu casa, pero es que tampoco se donde trabajas y no conozco a ningún otro abogado. Nunca he necesitado ninguno... claro, la familia si que ha usado abogados, pero esos temas siempre los trató mi padre. Esto... te molestaría dejarme pasar y te cuento la historia... es que todo esto me afecta mucho, y contarlo así, en la puerta...” Se queda | + | Está acabando de desayunar y preparándose para salir a correr un poco cuando llaman al timbre. Es extraño, no espera a nadie... seguramente será el cartero, algún certificado o algo así. Pues no, es Rosa, la vecina de 3 puertas más abajo, en la misma calle. Algunas veces han coincidido haciendo footing y han tomado un café juntas al acabar; no se puede considerar que sean amigas, pero se caen razonablemente bien. Se la ve nerviosa, su mirada revolotea como una mariposa: el suelo, la puerta, el interior de la casa, la cara de Kimberley, otra vez el suelo... no fija la vista ni medio segundo en lo mismo. Con la mano derecha está arañando el cuidado esmalte de uñas del pulgar de su izquierda. Se ha maquillado con prisas, la raya del ojo derecho está algo torcida y tiene una leve mancha de sombra de ojos en su blusa celeste. Y una de sus medias está algo torcida marcando una arruga. |
− | En fin, adiós mañana libre. La verdad es que | + | |
+ | “Hola, Kim... perdona que te moleste a estas horas... yo, bueno, pensé que igual estabas en casa... y que si no estabas seguro que no te molestaba que llamara. Oh, bueno, verás, es que... tengo un problema, pero no se exactamente qué tengo que hacer y como eres abogada... no quería venir a molestarte a tu casa, pero es que tampoco se donde trabajas y no conozco a ningún otro abogado. Nunca he necesitado ninguno... claro, la familia si que ha usado abogados, pero esos temas siempre los trató mi padre. Esto... te molestaría dejarme pasar y te cuento la historia... es que todo esto me afecta mucho, y contarlo así, en la puerta...” Se queda mirando a Kimberley con una patética súplica.en el rostro. | ||
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+ | En fin, adiós mañana libre. La verdad es que a Kim pica un poco la curiosidad, y escuchar no hace ningún daño. La hace pasar al salón, está demasiado nerviosa para la formalidad del despacho. Le ofrece un café, que acepta agradecida. Un poco más tranquila, empieza a contar su historia: | ||
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“Supongo que ya sabes que siempre he vivido con mi padre. Mi madre murió cuando yo tenía 5 años y mi padre nunca se volvió a casar. Mi padre... siempre fue un buen padre, aunque no muy generoso. O sea, nunca me faltó nada, me dio una buena educación, no he necesitado trabajar nunca... pero siempre ha habido cosas que he querido y que se negó a darme. Caprichos, decía. No hay que malgastar, incluso cuando se tiene dinero suficiente. Hay que administrar bien los bienes... ese tipo de cosas. | “Supongo que ya sabes que siempre he vivido con mi padre. Mi madre murió cuando yo tenía 5 años y mi padre nunca se volvió a casar. Mi padre... siempre fue un buen padre, aunque no muy generoso. O sea, nunca me faltó nada, me dio una buena educación, no he necesitado trabajar nunca... pero siempre ha habido cosas que he querido y que se negó a darme. Caprichos, decía. No hay que malgastar, incluso cuando se tiene dinero suficiente. Hay que administrar bien los bienes... ese tipo de cosas. | ||
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Hace un año le diagnosticaron un cáncer terminal. Le dieron 6 meses de vida. La verdad es que mi mundo se vino abajo. No tenía ni idea de qué haría cuando él faltara. Lloré hasta que creí que había gastado las lágrimas de toda una vida. Luego... esa enfermedad es muy mala, ¿sabes? El sufría. Yo no podía soportar verlo sufrir de esa manera. No fui capaz de cuidarlo, primero busqué una enfermera que lo atendiera 24 horas diarias, luego incluso la idea de que se estab muriendo en la habitación de al lado era demasiado insoportable. Lo llevé a una residencia donde podían cuidar de él de la mejor manera posible. No creas que era una residencia cualquiera, ni que intenté ahorrar nada en su tratamiento... le busqué lo mejor. | Hace un año le diagnosticaron un cáncer terminal. Le dieron 6 meses de vida. La verdad es que mi mundo se vino abajo. No tenía ni idea de qué haría cuando él faltara. Lloré hasta que creí que había gastado las lágrimas de toda una vida. Luego... esa enfermedad es muy mala, ¿sabes? El sufría. Yo no podía soportar verlo sufrir de esa manera. No fui capaz de cuidarlo, primero busqué una enfermera que lo atendiera 24 horas diarias, luego incluso la idea de que se estab muriendo en la habitación de al lado era demasiado insoportable. Lo llevé a una residencia donde podían cuidar de él de la mejor manera posible. No creas que era una residencia cualquiera, ni que intenté ahorrar nada en su tratamiento... le busqué lo mejor. | ||
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Quizá te pareceré mala persona, pero pocas semanas después me sentí... liberada. El no tenía salvación posible, la muerte era la única salida que tenía, y al no tenerlo al lado fue como si ya se hubiera muerto. Tuve mi periodo de duelo antes de que muriera efectivamente. | Quizá te pareceré mala persona, pero pocas semanas después me sentí... liberada. El no tenía salvación posible, la muerte era la única salida que tenía, y al no tenerlo al lado fue como si ya se hubiera muerto. Tuve mi periodo de duelo antes de que muriera efectivamente. | ||
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Su agonia se prolongó más de lo que los médicos habían previsto, posiblemente por los exquisitos cuidados de la clínica. Mi prima Mercedes opina que en la clínica le alargaron inhumanamente el sufrimiento para cobrar durante más tiempo, pero yo no lo creo. El caso es que... bueno, llegó un momento en que yo quería que se hubiera muerto ya. Era algo que debería haberse resuelto de esa manera, que no tenía ningun otro desenlace posible y que me anclaba en el pasado. Empecé a gastar parte de lo que sabía que iba a heredar en poco tiempo. No mucho, y al fin y al cabo era dinero del que mi padre ya no podía disfrutar y que iba a ser mio en breve, porque aunque mi padre nunca quiso hacer testamento (siempre dijo que siendo yo su única hija y derechohabiente no era necesario) no había ningún otro heredero. | Su agonia se prolongó más de lo que los médicos habían previsto, posiblemente por los exquisitos cuidados de la clínica. Mi prima Mercedes opina que en la clínica le alargaron inhumanamente el sufrimiento para cobrar durante más tiempo, pero yo no lo creo. El caso es que... bueno, llegó un momento en que yo quería que se hubiera muerto ya. Era algo que debería haberse resuelto de esa manera, que no tenía ningun otro desenlace posible y que me anclaba en el pasado. Empecé a gastar parte de lo que sabía que iba a heredar en poco tiempo. No mucho, y al fin y al cabo era dinero del que mi padre ya no podía disfrutar y que iba a ser mio en breve, porque aunque mi padre nunca quiso hacer testamento (siempre dijo que siendo yo su única hija y derechohabiente no era necesario) no había ningún otro heredero. | ||
En fin, mi padre murió el més pasado. Todo iba bien, pero... ha aparecido una mujer. Asegura que es mi madre y que tiene derecho a la herencia. No puede ser mi madre, la vi una noche espiando mi casa. Tiene un cierto parecido a lo poco que recuerdo de ella, pero no tendrá más de 30 años... con lo cual tiene aproximadamente mi edad. | En fin, mi padre murió el més pasado. Todo iba bien, pero... ha aparecido una mujer. Asegura que es mi madre y que tiene derecho a la herencia. No puede ser mi madre, la vi una noche espiando mi casa. Tiene un cierto parecido a lo poco que recuerdo de ella, pero no tendrá más de 30 años... con lo cual tiene aproximadamente mi edad. | ||
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El caso es que cuando fui a hablar con el abogado de mi padre me dijo que no puede defender mis derechos de sucesión porque ella lo ha contratado. No sabía a quien acudir...no se si es el tipo de casos que llevas... ¿puedes ayudarme?” | El caso es que cuando fui a hablar con el abogado de mi padre me dijo que no puede defender mis derechos de sucesión porque ella lo ha contratado. No sabía a quien acudir...no se si es el tipo de casos que llevas... ¿puedes ayudarme?” | ||
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− | Unos dias más tarde, | + | Kimberley piensa un momento. Tiene dinero suficiente para pagar. No hay testamento, es hija única, es la heredera natural. Incluso si fuera verdad que esa jovencísima madre es quien dice ser no tendría derecho alguno. Y menos, habiendo estado por desaparecida (¿muerta?) los últimos 25 años, de modo que aunque a ella le parezca todo una montaña, es un caso sencillo, trabajo fácil y limpio. Acepta, la tranquiliza un poco y la echa de casa en cuanto puede hacerlo sin que se sienta echada para continuar con sus interrumpidos planes. |
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+ | Unos dias más tarde, recibe la visita de un colega en su oficina. Después de las cortesías e hipocresías de rigor, le plantea con toda tranquilidad el motivo de su visita: representa a Carme Rius, la madre de su vecina Rosa. Y va a ganar el pleito por la herencia. Puede hacerlo con la colaboración de Kim o sin ella. Si colabora, Rosa no se va a dar cuenta de ello y ella puede ganar una cantidad nada despreciable. Si no lo hace... bueno, quizá la colaboración de alguna otra parte implicada sea más cara, pero la sra Rius está absolutamente decidida a llevarse lo que considera suyo. | ||
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[[Categoria:Coneixement restringit]] | [[Categoria:Coneixement restringit]] | ||
[[Categoria:PJ Vampiro/Històries]] | [[Categoria:PJ Vampiro/Històries]] |
Revisió de 14:22, 23 maig 2010
No tocar |
Aquest article està a mitges, però la persona que l'ha començat vol continuar-lo. si en uns dies no ho fa, s'haurà de canbiar aquest avís pel de "incomplert". |
Kimberley está tanquilamente en su casa, no tiene necesidad de trabajar cada dia y hoy ha decidido que nada de lo que le espera en la oficina es urgente. Además, es normal que no se la encuentre en la oficina por las mañanas, el trabajo de oficina es para las tardes, las mañanas son para los tribunales; pero hoy no tiene que acudir a ellos. Además, ayer salió con algunos de sus amigos, volvió tarde a casa y levantarse antes de que pongan las calles no está en el programa. No se trata de quedarse en la cama hasta la hora de comer... levantarse cuando la mayoría de la gente ya está trabajando, desayuno, algo de ejercicio, quizá leer un libro o ver algo en la tele, ese es el plan. Al fin y al cabo, el dinero, el poder y el trabajo duro sirven para poder tomarse estas libertades de vez en cuando.
Está acabando de desayunar y preparándose para salir a correr un poco cuando llaman al timbre. Es extraño, no espera a nadie... seguramente será el cartero, algún certificado o algo así. Pues no, es Rosa, la vecina de 3 puertas más abajo, en la misma calle. Algunas veces han coincidido haciendo footing y han tomado un café juntas al acabar; no se puede considerar que sean amigas, pero se caen razonablemente bien. Se la ve nerviosa, su mirada revolotea como una mariposa: el suelo, la puerta, el interior de la casa, la cara de Kimberley, otra vez el suelo... no fija la vista ni medio segundo en lo mismo. Con la mano derecha está arañando el cuidado esmalte de uñas del pulgar de su izquierda. Se ha maquillado con prisas, la raya del ojo derecho está algo torcida y tiene una leve mancha de sombra de ojos en su blusa celeste. Y una de sus medias está algo torcida marcando una arruga.
“Hola, Kim... perdona que te moleste a estas horas... yo, bueno, pensé que igual estabas en casa... y que si no estabas seguro que no te molestaba que llamara. Oh, bueno, verás, es que... tengo un problema, pero no se exactamente qué tengo que hacer y como eres abogada... no quería venir a molestarte a tu casa, pero es que tampoco se donde trabajas y no conozco a ningún otro abogado. Nunca he necesitado ninguno... claro, la familia si que ha usado abogados, pero esos temas siempre los trató mi padre. Esto... te molestaría dejarme pasar y te cuento la historia... es que todo esto me afecta mucho, y contarlo así, en la puerta...” Se queda mirando a Kimberley con una patética súplica.en el rostro.
En fin, adiós mañana libre. La verdad es que a Kim pica un poco la curiosidad, y escuchar no hace ningún daño. La hace pasar al salón, está demasiado nerviosa para la formalidad del despacho. Le ofrece un café, que acepta agradecida. Un poco más tranquila, empieza a contar su historia:
“Supongo que ya sabes que siempre he vivido con mi padre. Mi madre murió cuando yo tenía 5 años y mi padre nunca se volvió a casar. Mi padre... siempre fue un buen padre, aunque no muy generoso. O sea, nunca me faltó nada, me dio una buena educación, no he necesitado trabajar nunca... pero siempre ha habido cosas que he querido y que se negó a darme. Caprichos, decía. No hay que malgastar, incluso cuando se tiene dinero suficiente. Hay que administrar bien los bienes... ese tipo de cosas.
Hace un año le diagnosticaron un cáncer terminal. Le dieron 6 meses de vida. La verdad es que mi mundo se vino abajo. No tenía ni idea de qué haría cuando él faltara. Lloré hasta que creí que había gastado las lágrimas de toda una vida. Luego... esa enfermedad es muy mala, ¿sabes? El sufría. Yo no podía soportar verlo sufrir de esa manera. No fui capaz de cuidarlo, primero busqué una enfermera que lo atendiera 24 horas diarias, luego incluso la idea de que se estab muriendo en la habitación de al lado era demasiado insoportable. Lo llevé a una residencia donde podían cuidar de él de la mejor manera posible. No creas que era una residencia cualquiera, ni que intenté ahorrar nada en su tratamiento... le busqué lo mejor.
Quizá te pareceré mala persona, pero pocas semanas después me sentí... liberada. El no tenía salvación posible, la muerte era la única salida que tenía, y al no tenerlo al lado fue como si ya se hubiera muerto. Tuve mi periodo de duelo antes de que muriera efectivamente.
Su agonia se prolongó más de lo que los médicos habían previsto, posiblemente por los exquisitos cuidados de la clínica. Mi prima Mercedes opina que en la clínica le alargaron inhumanamente el sufrimiento para cobrar durante más tiempo, pero yo no lo creo. El caso es que... bueno, llegó un momento en que yo quería que se hubiera muerto ya. Era algo que debería haberse resuelto de esa manera, que no tenía ningun otro desenlace posible y que me anclaba en el pasado. Empecé a gastar parte de lo que sabía que iba a heredar en poco tiempo. No mucho, y al fin y al cabo era dinero del que mi padre ya no podía disfrutar y que iba a ser mio en breve, porque aunque mi padre nunca quiso hacer testamento (siempre dijo que siendo yo su única hija y derechohabiente no era necesario) no había ningún otro heredero. En fin, mi padre murió el més pasado. Todo iba bien, pero... ha aparecido una mujer. Asegura que es mi madre y que tiene derecho a la herencia. No puede ser mi madre, la vi una noche espiando mi casa. Tiene un cierto parecido a lo poco que recuerdo de ella, pero no tendrá más de 30 años... con lo cual tiene aproximadamente mi edad.
El caso es que cuando fui a hablar con el abogado de mi padre me dijo que no puede defender mis derechos de sucesión porque ella lo ha contratado. No sabía a quien acudir...no se si es el tipo de casos que llevas... ¿puedes ayudarme?”
Kimberley piensa un momento. Tiene dinero suficiente para pagar. No hay testamento, es hija única, es la heredera natural. Incluso si fuera verdad que esa jovencísima madre es quien dice ser no tendría derecho alguno. Y menos, habiendo estado por desaparecida (¿muerta?) los últimos 25 años, de modo que aunque a ella le parezca todo una montaña, es un caso sencillo, trabajo fácil y limpio. Acepta, la tranquiliza un poco y la echa de casa en cuanto puede hacerlo sin que se sienta echada para continuar con sus interrumpidos planes.
Unos dias más tarde, recibe la visita de un colega en su oficina. Después de las cortesías e hipocresías de rigor, le plantea con toda tranquilidad el motivo de su visita: representa a Carme Rius, la madre de su vecina Rosa. Y va a ganar el pleito por la herencia. Puede hacerlo con la colaboración de Kim o sin ella. Si colabora, Rosa no se va a dar cuenta de ello y ella puede ganar una cantidad nada despreciable. Si no lo hace... bueno, quizá la colaboración de alguna otra parte implicada sea más cara, pero la sra Rius está absolutamente decidida a llevarse lo que considera suyo.