Chloe Frazer/Història
La història tal i com s'explica aquí es una còpia literal dels torns tal i com s'han jugat a la partida
Capítulo 1
La gente cansada y gris se mueve como autómatas por las calles grises bajo un cielo de acero. El suelo ha olvidado al sol que pasa sobre los tejados sin besar las calles. Cada dia es igual que el siguiente, sólo con un poco más de cansancio y un poco menos de la escasa reserva de dinero con la que llegaste.
Esta mañana te despertó la sucia claridad del sol a través de los cristales medio rotos de tu ventana sin cortinas. Te negaste a quedarte en la cama, a renunciar a la lucha, a morir un poco más como la mayoría de tus vecinos. Apenas los conoces, empujan un dia tras otro la carga de su existencia con ojos inexpresivos. A veces tienes la impresión de que siguen vivos porque les asusta que la muerte sea peor que la vida o el olvido. Hay gritos y golpes al otro lado de las finas paredes y un bebé llora como si supiera cual va a ser su vida sin que nadie lo consuele. No has venido de tan lejos para acabar como ellos. Saldrás de aquí. Hay que ir a la oficina de empleo. Posiblemente sigan diciéndote lo mismo, pero es el primer paso de cada dia. El edificio parece tragarse en sus pasillos mal iluminados a quienes buscan empleo y a los funcionarios que les dicen que no hay nada para ellos por igual. Parece que han muerto tantas esperanzas en cada una de sus mesas que un espíritu maligno que se alimenta de ellas lo ha convertido en su nido y ya no espera que caigan al suelo para tomarlas sinó que las arrebata a picotazos de todas las almas que caen en la trampa de cruzar las puertas.
Te sientas en la silla medio rota ante la autómata que mira aburrida sus papeles mientras cuenta los minutos que faltan para la hora de salir, las horas que faltan para el fin de semana, los dias que faltan para las vacaciones, los años que faltan para la jubilación.
“Señorita Chloe Frazer, ¿verdad? Bailarina. Si, puede que haya algo para usted. Aquí tiene la dirección, preséntese a partir de las 10 de la noche. Tiene que llevar este impreso. Recuerde que si le dan el trabajo tiene que abonar la mitad de sus dos primeros sueldos por gastos de gestión. Y recuerde también que sólo se le puede ofrecer un máximo de tres trabajos a través de esta oficina. Este es el primero, pero procure aprovecharlo, no hay muchas ofertas últimamente, y menos para una extranjera. No hay trabajo suficiente ni para la gente de aquí.”
Sientes ganas de abofetearla, pero te controlas. Podría retener ese impreso y lo necesitas.
Pasas el dia como cualquier otro hasta la hora de ir a ver la oferta de trabajo. Te han dicho a partir de las 10, dudas si llegar puntual para que piensen que eres cumplidora o un poco tarde para que no piensen que estas muy ansiosa por conseguir el trabajo y lo aprovechen para pagar menos. Las dudas deciden por ti y llegas algo antes de las 10 y media.
La fachada del local que ofrece el trabajo estuvo pintada en una época indeterminada de algún color desconocido cuyos restos se esconden tras las pintadas y la suciedad. Un hombre que a simple vista parece tener la fuerza de un gorila y la inteligencia de una vaca vigila la puerta con desgana.. Cuando te acercas parece resucitar el tiempo suficiente para intentar palparte el trasero con un gesto torpe y lento que esquivas sin dificultad. Al atravesar la puerta te golpea el aire casi sólido por el humo de tabaco y otras drogas mezclado con el olor a sudor y otros olores que prefieres no intentar clasificar. La luz apenas es suficiente para poder ver qué pisas. La música suena lo bastante alta como para no poder oir tus pensamientos. En el centro del local, una chica que sólo es bonita porque es joven baila desganadamente en un alto escenario. Sus gestos son más cansados que provocativos, pero los lobos que la miran no necesitan más para que se les despierte la lujuria y deslizan dentro de su escasa ropa algunos billetes pequeños a cambio del premio del roce en el momento de ponerlos. Te acercas al camarero que hay tras la barra, le cuentas el motivo por el que has venido y te indica una puerta trasera, vigilada por el que podría ser el gemelo del gorila que viste fuera.
Una habitación iluminada por una bombilla desnuda, una mesa sin gracia, un hombre sentado en una silla que debió ser cómoda en otro tiempo, libros de cuentas manchados de ceniza sobre la mesa. Te ofrece una cantidad con la que apenas podrás pagar la pensión por bailar y mostrar tus encantos. Te puedes quedar con las propinas o no aceptarlas, le importa un rábano. Si alternas con los clientes, tienes comisión. Lo que hagas o no hagas con ellos fuera del local es cosa tuya, pero dentro sólo alternar: sobornar a la pasma para que no mire otras cosas es demasiado caro. ¿Lo tomas o lo dejas?
Para empezar, realmente, no me parece una mala oferta. Es evidente que mientras estoy metida en este pegajoso y apestoso agujero seguiré buscando mejores alternativas a este lugar. Como mínimo este tiparraco no ha hecho que me desnudara para él, si más no por ahora. Además, alternar con clientes no creo que me suponga un gran sacrificio, no sería la primera vez que lo hago.
- Está bien. Acepto el puesto... y no tendré problema de dar conversación a los clientes e invitarlos amablemente a consumir – digo cínicamente.
Aguardo un momento y hago un repaso mental de la seguridad del local... ¿Solo hay esos dos gorilas? Serán suficientes. A pesar de que es un trabajo que puede llegar a gustarme, mover mi culo y jugármelo son dos cosas muy distintas.
- ... necesitaré que me des una parte por adelantado. Por el resto estoy conforme. ¿Cuándo quieres que empiece?
Puedes empezar ahora. Nunca pago por adelantado. Pero lo que consigas en propinas o alternando te lo llevas cada dia, evidentemente.