Kimberley/Història
La historia se presenta aquí tal como fue jugada, de modo que a veces es el master contándole cosas al jugador y a veces al revés (el jugador respondiendo al master), o incluso en algunos momentos está el tema intercalado. Creo que de todos modos queda suficientemente claro y así no hay que modificar los turnos tal como fueron jugados.
Capítulo primero: La vecina
Estás tranquilamente en tu casa, no tienes necesidad de trabajar cada dia y hoy has decidido que nada de lo que te espera en la oficina es urgente. Además, es normal que no se te encuentre en la oficina por las mañanas, el trabajo de oficina es para las tardes, las mañanas son para los tribunales; pero hoy no tienes que acudir a ellos. Además, ayer saliste con algunos de tus amigos, volviste tarde a casa y levantarte antes de que pongan las calles no está en el programa. No se trata de quedarse en la cama hasta la hora de comer... levantarse cuando la mayoría de la gente ya está trabajando, desayuno, algo de ejercicio, quizá leer un libro o ver algo en la tele, ese es el plan. Al fin y al cabo, el dinero, el poder y el trabajo duro sirven para poder tomarte estas libertades de vez en cuando.
Estas acabando de desayunar y preparándote para salir a correr un poco cuando llaman al timbre. Es extraño, no esperas a nadie... seguramente será el cartero, algún certificado o algo así. Pues no, es Rosa, la vecina de 3 puertas más abajo, en la misma calle. Algunas veces habéis coincidido haciendo footing y habéis tomado un café juntas al acabar; no se puede considerar que seáis amigas, pero os caéis razonablemente bien. Se la ve nerviosa, su mirada revolotea como una mariposa: el suelo, la puerta, el interior de tu casa, tu cara, otra vez el suelo... no fija la vista ni medio segundo en lo mismo. Con la mano derecha está arañando el cuidado esmalte de uñas del pulgar de su izquierda. Se ha maquillado con prisas, la raya del ojo derecho está algo torcida y tiene una leve mancha de sombra de ojos en su blusa celeste. Y una de sus medias está algo torcida marcando una arruga.
“Hola, Kim... perdona que te moleste a estas horas... yo, bueno, pensé que igual estabas en casa... y que si no estabas seguro que no te molestaba que llamara. Oh, bueno, verás, es que... tengo un problema, pero no se exactamente qué tengo que hacer y como eres abogada... no quería venir a molestarte a tu casa, pero es que tampoco se donde trabajas y no conozco a ningún otro abogado. Nunca he necesitado ninguno... claro, la familia si que ha usado abogados, pero esos temas siempre los trató mi padre. Esto... te molestaría dejarme pasar y te cuento la historia... es que todo esto me afecta mucho, y contarlo así, en la puerta...” Se queda mirándote con una patética súplica.en el rostro.
En fin, adiós mañana libre. La verdad es que te pica un poco la curiosidad, y escuchar no hace ningún daño. La haces pasar al salón, está demasiado nerviosa para la formalidad del despacho. Le ofreces un café, que acepta agradecida. Un poco más tranquila, te empieza a contar su historia:
“Supongo que ya sabes que siempre he vivido con mi padre. Mi madre murió cuando yo tenía 5 años y mi padre nunca se volvió a casar. Mi padre... siempre fue un buen padre, aunque no muy generoso. O sea, nunca me faltó nada, me dio una buena educación, no he necesitado trabajar nunca... pero siempre ha habido cosas que he querido y que se negó a darme. Caprichos, decía. No hay que malgastar, incluso cuando se tiene dinero suficiente. Hay que administrar bien los bienes... ese tipo de cosas.
Hace un año le diagnosticaron un cáncer terminal. Le dieron 6 meses de vida. La verdad es que mi mundo se vino abajo. No tenía ni idea de qué haría cuando él faltara. Lloré hasta que creí que había gastado las lágrimas de toda una vida. Luego... esa enfermedad es muy mala, ¿sabes? El sufría. Yo no podía soportar verlo sufrir de esa manera. No fui capaz de cuidarlo, primero busqué una enfermera que lo atendiera 24 horas diarias, luego incluso la idea de que se estab muriendo en la habitación de al lado era demasiado insoportable. Lo llevé a una residencia donde podían cuidar de él de la mejor manera posible. No creas que era una residencia cualquiera, ni que intenté ahorrar nada en su tratamiento... le busqué lo mejor.
Quizá te pareceré mala persona, pero pocas semanas después me sentí... liberada. El no tenía salvación posible, la muerte era la única salida que tenía, y al no tenerlo al lado fue como si ya se hubiera muerto. Tuve mi periodo de duelo antes de que muriera efectivamente.
Su agonia se prolongó más de lo que los médicos habían previsto, posiblemente por los exquisitos cuidados de la clínica. Mi prima Mercedes opina que en la clínica le alargaron inhumanamente el sufrimiento para cobrar durante más tiempo, pero yo no lo creo. El caso es que... bueno, llegó un momento en que yo quería que se hubiera muerto ya. Era algo que debería haberse resuelto de esa manera, que no tenía ningun otro desenlace posible y que me anclaba en el pasado. Empecé a gastar parte de lo que sabía que iba a heredar en poco tiempo. No mucho, y al fin y al cabo era dinero del que mi padre ya no podía disfrutar y que iba a ser mio en breve, porque aunque mi padre nunca quiso hacer testamento (siempre dijo que siendo yo su única hija y derechohabiente no era necesario) no había ningún otro heredero. En fin, mi padre murió el més pasado. Todo iba bien, pero... ha aparecido una mujer. Asegura que es mi madre y que tiene derecho a la herencia. No puede ser mi madre, la vi una noche espiando mi casa. Tiene un cierto parecido a lo poco que recuerdo de ella, pero no tendrá más de 30 años... con lo cual tiene aproximadamente mi edad.
El caso es que cuando fui a hablar con el abogado de mi padre me dijo que no puede defender mis derechos de sucesión porque ella lo ha contratado. No sabía a quien acudir...no se si es el tipo de casos que llevas... ¿puedes ayudarme?”
Piensas un momento. Tiene dinero suficiente para pagar. No hay testamento, es hija única, es la heredera natural. Incluso si fuera verdad que esa jovencísima madre es quien dice ser no tendría derecho alguno. Y menos, habiendo estado por desaparecida (¿muerta?) los últimos 25 años, de modo que aunque a ella le parezca todo una montaña, es un caso sencillo, trabajo fácil y limpio. Aceptas, la tranquilizas un poco y la echas de casa en cuanto puedes hacerlo sin que se sienta echada para continuar con tus interrumpidos planes.
Unos dias más tarde, recibes la visita de un colega en tu oficina. Después de las cortesías e hipocresías de rigor, te plantea con toda tranquilidad el motivo de su visita: representa a Carme Rius, la madre de tu vecina Rosa. Y va a ganar el pleito por la herencia. Puede hacerlo con tu colaboración o sin ella. Si colaboras, Rosa no se va a dar cuenta de ello y tu puedes ganar una cantidad nada despreciable. Si no lo haces... bueno, quizá la colaboración de alguna otra parte implicada sea más cara, pero la sra Rius está absolutamente decidida a llevarse lo que considera suyo.
Le miro con carácter serio, para nada sorprendida, después de hacerlo sentar a él, me siento en mi butaca. Pienso: "¿Como se puede ser tan patético?"
Primero, ¿No sabes a que tipo de bufete has venido? ¿acaso no sabes con quien estas hablando? ¿sabes que yo me enfrento a juicios que se celebran en el tribunal Supremo?
Nosotros también tenemos colegas, y son de los que no hace falta sobornar como tu estas intentando hacer. Tenemos todas las de ganar, principalmente porque o esa mujer tiene mucha pasta y se ha echo mil millones de operaciones estéticas para parecer la hermana de mi clienta, o se ha metido en un congelador todos estos años... ¿Acaso eres tan idiota para creer que no sabemos hacer bien nuestro trabajo? Me río para mis adentros. Pongo una leve sonrisa en mi rostro. Si tus estratagemas para ganar tus casos son siempre sobornar a la parte contraria me das pena, seguro que te han dado el colegiado en un mercadillo barato, y no lo dudes, lo voy a comprobar, y es posible que incluso lo pueda demostrar.
Me levanto de la silla y mirando hacia el techo con cara de (buf...por favor, porque otra vez a mi...) me siento sobre la mesa justo delante suyo con una pierna colgando y la otra apoyada en el suelo; con las manos apoyadas sobre el borde de la mesa y inclinando la cabeza sobre él, con lo que quedo mucho más cerca le digo mirándole a los ojos le digo con voz suave pero firme:
Segundo no se como osas venir hasta aquí a intentar sobornarme, alzo las manos hacia el techo como si fuera Jesucristo ¡con el dispositivo de seguridad que tenemos! , bajo las manos y apoyo una en la mesa mientras la otra queda con la palma de la mano hacia arriba a modo de explicación con las cámaras de video y sonido que nos están grabando utilizaremos las imágenes para que el juez se entere de lo que has intentado hacer, si vemos que intentas ganar el juicio manipulando las pruebas o sobornando a los expertos o incluso al jurado.
Tienes muchas maneras de perder el juicio, de ti depende que no sea el que manche más tu honor y credibilidad, porque sino serás el hazme reír...
Por otro lado, no entiendo como no te has puesto del lado de la hija de tu cliente más fiel. No digo que puedas tenerle cariño a un cliente, sencillamente hablo de la ética; una ética y moral que a veces hay que dejar que vean nuestros clientes para que vuelvan a confiar en nosotros por mucho tiempo, para poder seguir ejerciendo y lograr que ellos se sientan a salvo y defendidos ante canallas como esa mujer.
Me siento de nuevo en mi butaca, cojo mi abrecartas, y empiezo a abrir la correspondencia que tengo sobre la mesa. Le miro a la cara, como si me hubiera olvidado de que estaba allí y le digo ¿Algo más que añadir? Porque no se tu, pero yo tengo trabajo...
El hombre se levanta con aire cansado. “Lo siento, señorita” -te dice- “lamento que se lo tome así. No dudo de su capacidad profesional, ni de que pueda tener sus contactos como todos los tenemos. Pero creo que se está usted equivocando. Si sirviéramos a esa Justicia de la venda en los ojos y la balanza en las manos, tendría usted toda la razón; pero no es el caso. Luchamos con las Leyes en nuestras manos, no con la moral. Y, a veces, ni tan siquiera con eso. Cuando lleve peleando en las Salas mucho más tiempo del que lleva ahora, lo sabrá. Hay juicios para las leyes, hay juicios para el Poder. Este es de los segundos. Si intenta usar sus grabaciones, verá que no puede o que no sirve de nada... no se cómo será, no es algo de lo que vaya a encargarme yo. No importa si su clienta tiene o no razón con la moral o con las leyes en la mano. Va a perder. Yo sólo vine para hacerle un favor a usted, quizá algún dia lo recuerde”.
Dicho esto, se va.
El juicio queda fijado para un par de meses más tarde (la justicia es lenta).
Evidentemente se que en este mundo no es la moral o la ética lo que hace ganar un juicio. Con el tema de la moral solo me refería a ganarme el respeto de los clientes, y también a una moralidad aparente hacia ellos, esta claro que si no agradamos a los representados además de ganar sus juicios no tendríamos faena.
Voy hasta la puerta se la abro y con una bonita sonrisa le miro
Nos veremos en el día del juicio pues. Gracias por su visita señor “X”
(Te habrá dicho su nombre, aunque yo no lo escribí. Llamémosle Sr Hereu, Andreu Hereu).
Jugador: Acto seguido investigo al abogado en cuestión, miro cuanto tiempo lleva en la abogacía, donde se licenció, los juicios a los que se ha dedicado, los que ha ganado y con que sistemas.
Master: El Sr Hereu se licenció en una universidad privada de Barcelona (podemos considerar alguna de las que existe realmente pero ahora mismo no se que carreras se hacen en cada una de ellas... puedes considerar que es una Universidad con prestigio y cuya titulación está muy bien considerada). Lleva unos 30 años ejerciendo, se colegió nada más acabar la carrera y empezó a ejercer en el bufete de su padre, que ya tenía un cierto prestigio (sin que sea “el mejor de la ciudad”), sobretodo juicios civiles. Ha ganado más juicios que ha perdido, aunque no ha ganado todos sus casos. No parece que haya nada raro en sus sistemas.
Jugador: Busco toda la información que haya de la señora Rius, los papeles de si realmente ha estado casada con el padre de mi clienta.
Master: El padre de tu clienta estuvo efectivamente casado con Carme Rius, que falleció hace 23 años, cuando Rosa tenía 5. El certificado de defunción está firmado por un médico amigo de la familia y consta que murió por “causas naturales” sin especificar más.
Jugador: Hago la solicitud para hacerle las pruebas de ADN y compararlas con las de mi clienta, ya que afirma ser su Madre.
Master: No te aceptan la solicitud como prueba preliminar, por ser una intromisión inaceptable en la vida privada de la parte contraria, al menos en esta fase del proceso.
Jugador: Me pongo al día sobre cuestiones de materia civil, como por ejemplo el abandono de hogar y las pérdidas de derechos, las prescripciones de tal delito y las prescripciones de deberes y derechos que conlleva el abandono de hogar para basarme en ello en el juicio.
Master: El abandono del hogar puede conllevar pérdida de la patria potestad y diversas multas si deja de pagar las pensiones que se le hayan impuesto para los hijos. Es un delito que sólo se persigue si la parte agraviada (o sus representantes legales) lo denuncian. 25 años después, como delito no tiene sentido, si quieres usarlo para desacreditarla si puedes hacerlo. ([1], por no molestar a Fabián :D )
Jugador: También miro los papeles de las posesiones de ese hombre, comprobar que solo estaban a nombre de su padre, y que no había ni hubo nadie más.
Master: Las posesiones de la familia están todas a nombre del padre de Rosa, pero la mayoría fueron heredadas por él a la muerte de Carme.
Jugador: Me informo sobre el juez que va a llevar el juicio, si lo conozco y le caigo en gracia, si si sabemos su carácter. También averiguo cosas sobre que tipo de jurado vamos a tener, para en función de ello investigarlos y saber con quien puedo contar en el juicio.
Master: Los juicios en España son sin jurado, y aunque Cataluña se ha declarado independiente también lo hace de la misma manera. La juez es una mujer de unos 40 años, casada, con dos hijos, de tendencias conservadoras. Es una persona muy amable, pero es difícil saber si le caes bien o no porque siempre mantiene su “máscara profesional”. No se le conoce ningún escándalo.
Jugador: Busco testimonios de amigos de la familia que desacrediten a esa mujer, que digan lo mala madre que fue, que hablen de la manera en que abandonó a su hija y sobre todo a su marido. Si es verdad que mantuvo una relación con él y fue su mujer, el motivo de la separación, si le puso los cuernos, si encontró otro trabajo, si es una mujer “muerta de hambre” su estatus social, en que trabaja actualmente, si tiene hijos.
Master: Los amigos de la familia no hablan mal de la madre de Rosa, fue una buena madre hasta que murió (por cierto lo de que murió ya te lo dije en el primer turno :P ). No se sabe nada de ella desde su muerte.
Jugador: Si no consigo nada por mi misma respecto al abogado y la sra. Rius, me pongo en contacto con un colega detective privado para que los siga, y averigüe cosas de ellos. Me ha tocado la moral el caso, y no se porque... hay algo que me huele mal...
Master: El detective puede seguir al Sr Hereu. Tiene una vida de los más aburrida (trabajo-familia-cenas y tertulias con amigos en ambientes moderadamente selectos y sin nada “reprochable”). Alguna de estas cenas y tertulias son en un club privado de un standing superior al que el detective no puede entrar (si quieres saber algo sobre lo que pueda pasar ahi hay que entrar a sobornar a alguien del personal o buscar algun conocido que sea miembro del club; la primera opción es cara y debes autorizarla expresamente, la segunda queda fuera de las posibilidades del detective).
Jugador: Vamos, basar la defensa de mi cliente demostrando que es una mujer interesada únicamente en la herencia, en el dinero y que no es merecedora de ello, ya que además si es quien dice ser tiene un delito obvio encima como es el abandono de hogar, y en el caso de no haber preescrito denunciarla por ello. Demostrar los traumas psicológicos que le ha creado a mi clienta, firmado por un psicólogo al que vayamos y lo pueda constatar. Por culpa del abandono de su madre, demostrar que tuvo problemas incluso en la adolescencia debido a la falta de figura materna y que ahora es una mujer de baja autoestima y con complejos de inferioridad. Concluir con la buena relación que tenia con su padre, incidir en el cuidado que mi clienta ha tenido con su padre cuando estaba enfermo y recalcar que esa mujer no ha aparecido hasta que de algún modo se entero de la muerte del señor.
Master: Tu clienta no tiene en realidad ningún trauma psicológico, pero por una cantidad sólo ligeramente superior a la “normal”, puedes encontrar uno que tenga una reputación razonable y que declare eso en el juicio.
Después de hacer las averiguaciones pertinentes decido que la mejor actuación, para saber bien por donde va a ir encaminado el asunto, es llamar al abogado en cuestión para saber si, para no tener que llegar al juicio podemos reunirnos, tanto su cliente como el nuestro para llegar a un acuerdo.
Eso me ayudará a verificar de quien se trata esa mujer, ya que la madre de mi cliente esta muerta. Y aunque no lleguemos a un acuerdo, en el juicio podré esperarme unas cosas u otras.
La parte contraria acepta la reunión, pero la Sra Rius no puede asistir a ella hasta las 8 de la tarde. Podéis reuniros en el espacio neutral que propongas.
Por supuesto, no importa si su clienta por temas diversos no puede asistir antes la reunión, podríamos vernos a las 20.30h en nuestro buffette. Así estaremos tranquilos por el tema de la hora de cierre y no molestaremos a nadie.
Por supuesto, no importa si su clienta por temas diversos no puede asistir antes la reunión, podríamos vernos a las 20.30h en nuestro buffette. Así estaremos tranquilos por el tema de la hora de cierre y no molestaremos a nadie.
No, en vuestro buffete no, exigen terreno neutral (o su buffete). En el vuestro, por ejemplo, saben que tienes equipos de grabación (se lo dijiste al sr Hereu) y podrían haber otros inconvenientes.
Bien, pues nos podemos ver en el Salón Real Academia del hotel Ritz de Roger de Llúria, a las 20.30h.
Llamé al Ritz para reservar la sala, dejé claro que no queríamos molestias y ningún tipo de personal de servicio. Pero que si me gustaría tener un pequeño tentempié preparado al llegar, y que si se hacían las 9 nos preguntaran si deseábamos cenar. Hice la llamada pertinente a Rosa, que aunque no le hace mucha gracia ver a esa mujer accede, ya que le propongo que será lo mejor para luego poder basar su defensa en un buen plan de actuación. O sencillamente poder llegar a un acuerdo en el supuesto caso de que la sra. Rius quisiera compartir algo de lo que en su día fue suyo con su hija o que a Rosa se le encendiera una bombilla y quisiera tener una madre de golpe y porrazo.
Llegamos 15min. antes de lo previsto para saludar al director y agradecerle la hospitalidad de antemano y el típico numerito de cortesía que se realiza para que estemos todos contentos. Le dije que el señor Hereu y la señora Rius llegarían en cualquier momento y que por favor les indicara y acompañara hasta la sala.
El salón de la Real Academia tiene un diseño inglés tradicional. La madera noble que cubre sus paredes es su característica predominante.
Su forma rectangular va precedida de un pequeño recibidor, que convierte este salón en el lugar ideal para pequeñas recepciones o almuerzos privados de carácter íntimo, aunque puede acoger un máximo de 30 comensales para un almuerzo.
Al entrar, en el pequeño recibidor hay el perchero, con una pequeña mesita y un gran espejo. Dentro hay una mesa central, bastante bien iluminada con varias sillas alrededor, y una mesa adicional de servicio, con unos canapés preparados, surtido de embutidos ibéricos y quesos variados, panecillos, frutas; varios tipos de vino sobre la mesa y cavas en su cubitera. Así como una selección de refrescos, aguas y zumos; y una carta para poder pedir aquello que deseáramos.
Coloqué la maleta a un lado de la mesa, y saqué papel y boli. Rosa estaba bastante inquieta, porque no sabia como iba a reaccionar aquella mujer. Le serví una copa de vino rosado y cogí otra para mi mientras probaba el jamón, una gran debilidad para mi y un pequeño lastre, ya que si no es como a mi me gusta lo detesto.
En ese momento, picaron a la puerta. Al abrirla un asistente de recepción presentó al abogado y a su clienta y tras darle las gracias y dedicarle una sonrisa marchó. Les di la bienvenida estrechándoles la mano y presenté a Rosa a aquella mujer. Dejaron los abrigos en el perchero y entramos. Les comenté que nos habían puesto un poco de todo por si teníamos hambre por la hora que era, y que nosotras ya nos habíamos adelantado con un vino y un poco de jamón. Y que nos podíamos sentar en la mesa a charlar tranquilamente cuando quisiéramos.
Cogí mi copa y la botella de vino, una cubitera de pie y la coloqué al lado de la mesa principal.
Cuando se sentaron todos me fijo en la Señora Rius. Se hizo un incomodo silencio que rompí diciendo:
Bueno les he traído aquí para que madre e hija se reúnan de nuevo; por cierto señora, me permite una pregunta, ¿porque abandono a su hija tantos años? observo la cara de la mujer, sus gestos, movimientos... y la dejo hablar.
La señora Rius es una mujer que aparenta estar sobre la treintena. El abrigo que ha dejado en el perchero es largo hasta los tobillos y parece de visón. Lleva un vestido negro que le llega hasta cuatro dedos por debajo de la rodilla, ceñido a la cintura por una fina cadenilla dorada. La falda es lo suficientemente amplia como para no dificultar ningún movimiento, pero no más. El escote justo para lucir un colar de perlas de 3 vueltas. Lleva el pelo rubio recogido en un elegante moño que difícilmente se habra hecho ella sola. El maquillaje es discreto y muy bien puesto. Las uñas están impecablemente pintadas de un color muy parecido al natural, y son bastante largas. Tiene una càlida sonrisa.
El sr. Hereu ha aceptado una copa de vino y algunos canapés. La sra. Rius se disculpa diciendo que por motivos de salud debe seguir un régimen muy estricto, nunca come ni bebe fuera de su casa.
Sin perder su sonrisa y mirándote fijamente a los ojos, la sra Rius te contesta: "perdone, señorita, pero tengo entendido que no nos ha citado aquí para hablar de mi pasado si no para proponer alguna solución extrajudicial al tema de la herencia. Espero oir sus propuestas."
"Queda usted perdonada",le digo sonriendo, "pero como usted comprenderá no voy a intentar negociar algo, con una persona de la que incluso dudo de su existencia ¿verdad? ¿O acaso usted negociaría sus propias posesiones con cualquiera que pasara por delante de su casa diciendo ser su madre fallecida?
Vamos, es que su aparición en este justo momento, es como si yo apareciera de repente y le dijera justo cuando acaba de recibir ese abrigo de visón -digo señalando el que hay colgado en la puerta- como regalo de su marido, que “perdone pero a esas bestias las he cazado yo, así que me pertenece...”
“Mi tiempo es valioso y usted me lo ha hecho perder. Ya me lo compensará en su momento. Creo que no hay nada más que hablar.”
Diciendo esto, se levanta y se dirige hacia la puerta. Mientras coge el abrigo, se gira un momento hacia Rosa: “Rosa, mi pequeña amapola, si quieres escuchar un consejo de madre, búscate un abogado de verdad”.
El sr. Hereu también se levanta, y comentando rápidamente “esa no es manera de llevar un asunto”, sigue a la sra. Rius.